viernes, 22 de febrero de 2008

Cuidados de frutales

Cuidados de frutales


El suelo alrededor del tronco se debe mantener cubierto con una capa de pasto seco, paja o aserrín para evitar el crecimiento de malezas y mantener la humedad del suelo.


En los primeros años, mientras las raíces van profundi­zando en el suelo, el árbol necesita de mayores cuidados en el control de malezas y riegos

La fertilización se hace a comienzos de la primavera, incorporando superficialmente dos a cuatro paladas de compost en toda la zona de la sombra de la copa.


Los frutales, por lo general, se forman en vaso con 3 ó 4 ramas principales, podándose anualmente en invierno. Los citrus sólo necesitan podas leves para limpieza de ramas secas o brotes muy vigorosos. Es un error podar excesiva­mente los frutales, porque demoran su entrada en producción y se debilitan.

jueves, 14 de febrero de 2008

Elección de los árboles frutales

Elección de los árboles frutales


Mientras que la elección de los frutales que se van a plantar es en buena medida una cuestión de gusto (y de las condiciones del huerto), un punto importante es el de la fecundación. No es útil plantar sólo, digamos, naranjos "Cox", pues hace falta otra variedad que actúe como polinizador.


Una manera de lograrlo es tener un llamado árbol "de familia", es decir, un patrón con injertos de diversas variedades. Otra solución es cultivar varios ejemplares en cordón u otras formas peque­ñas de variedades diferentes. Si se tiene la suerte de tener un vecino amable que cultive también frutales, conviene consultar con él antes de seleccionar los pro­pios.

El beneficio es mutuo, pues los árboles se polini­zan entre sí. De todas maneras, aunque no exista amis­tad con el vecino, conviene examinar primero qué árbo­les tiene; lo que él no puede hacer es evitar que las abejas lleven el polen de unos a otros. Tampoco le interesa oponerse porque sale asimismo beneficiado.
Mi consejo es seleccionar en general una variedad de frutales tan amplia como sea posible teniendo en cuenta la cuestión de la polinización.

miércoles, 6 de febrero de 2008

El suelo para los frutales

El suelo para los frutales


Al elegir el lugar para los frutales hay que tener en cuenta la calidad del suelo. La mayoría de ellos lo nece­sitan rico y con abundancia de estiércol o compost ya que los árboles y los arbustos pronto agotan los elemen­tos nutrientes del terreno. Las higueras crecen en tierras pobres y los melocotoneros prefieren un suelo arenoso y ligero, pero se trata de dos especies de climas cálidos. Todos necesitan un buen drenaje por lo que si la parcela es húmeda habrá que avenarla de manera artificial. El suelo ha de ser también profundo: los pies altos y semialtos, en particular, hunden sus raíces en profun­didad, aunque los frutales en abanico plantados contra una pared pueden extenderlas por debajo del terreno improductivo ocupado por un sendero o un patio.

Con un frutedo espacioso se piensa a veces en culti­var otras plantas debajo de los árboles frutales forma­dos. Pero apenas es posible: sólo crecerán algunos nar­cisos pero nada comestible. Si se quiere utilizar ese espacio lo mejor es dejarlo para pasto de las ovejas (siempre que no alcancen a las hojas y las ramas de los árboles). El estiércol es una buena contribución a la tie­rra.


Los frutales jóvenes dan en general más frutos y con mayor rapidez si la tierra que cubre sus raíces está des­nuda. Los cultivadores comerciales lo logran rociando la zona con herbicidas, pero es más aconsejable aplicar una buena capa de sustancia orgánica. Sin embargo, si se deja desnudo el terreno hay que reducir la cantidad de estiércol añadido pues éste estimula el crecimiento vegetativo del árbol en lugar de la producción de fruta. No debe despejarse esa zona con medios mecánicos pues se pueden dañar las raíces próximas a la superficie.